El Consejo de Mayo terminó su última reunión sin consenso para avanzar en la reforma laboral.
El encuentro realizado en la Casa Rosada cerró sin el documento definitivo que el Gobierno pretendía presentar antes del cambio legislativo, dejando abierta una fuerte incertidumbre sobre el futuro inmediato del proyecto. La mesa tripartita, integrada por representantes del Ejecutivo, sindicatos y empresarios, no logró superar las diferencias centrales que frenan el acuerdo.
Desde el sector sindical la postura fue contundente. Señalaron que “no puede discutirse una reforma sin un modelo económico previamente definido”, exigiendo que el debate se enfoque primero en cómo reactivar la producción y el empleo.
La representación de la CGT enfatizó que “primero crecimiento y trabajo, después nuevas reglas laborales”, dejando en claro que no convalidarán cambios sin garantías concretas para los trabajadores.
El Gobierno, por su parte, defendió el proceso realizado hasta ahora y aseguró que cuenta con un borrador prácticamente terminado. En ese marco, fuentes oficiales dejaron trascender que “si no hay consenso total, el proyecto igual será enviado al Congreso”, adelantando la intención de acelerar los tiempos políticos para evitar que la transición complique la estrategia legislativa.
La falta de acuerdo expone el clima de tensión entre las partes y anticipa que el debate parlamentario será complejo y determinante. Los próximos días serán clave para definir si se abre una nueva instancia de negociación o si el oficialismo avanza de manera unilateral en busca de aprobación legislativa.
En este escenario, la reforma laboral quedó en pausa y en disputa, a la espera de una resolución que marcará el rumbo inmediato del mercado de trabajo argentino.