La actividad repunta mientras crecen las dudas por la deuda y el dólar.
La economía argentina transita un escenario de avances y tensiones que conviven en un frágil equilibrio. Los últimos datos muestran un repunte en varios sectores productivos, con mejoras que sorprendieron incluso a parte del mercado, pero al mismo tiempo persisten factores de presión que condicionan las expectativas de corto plazo.
En los índices recientes se observa que “la actividad volvió a crecer después de meses de estancamiento”, impulsada por la producción agrícola, el comercio y algunos servicios. Este movimiento fue leído como un síntoma de mayor estabilidad tras meses de volatilidad.
Sin embargo, la situación financiera mantiene alerta a los analistas. Los fuertes vencimientos de deuda que se concentran hacia fin de año generan incertidumbre, y se considera clave que el Gobierno logre “sostener un nivel de refinanciación que evite tensiones cambiarias y fiscales”. La atención también está puesta en la evolución del dólar, cuya estabilidad reciente es vista como un elemento necesario para consolidar cualquier mejora.
En este escenario, los especialistas advierten que “la recuperación es real pero todavía muy frágil”, dependiente de que los próximos meses confirmen una tendencia sólida en la actividad y no se disparen nuevos focos de inestabilidad.
