La disputa por un cargo clave reaviva la interna del peronismo bonaerense.
Axel Kicillof decidió avanzar para quedarse con la vicepresidencia del Senado provincial, un movimiento que volvió a tensar su relación con La Cámpora y con los sectores del kirchnerismo que buscaban sostener ese control.
El gobernador considera que “la vicepresidencia es estratégica para ordenar la conducción política”, y su entorno asegura que es un paso necesario para fortalecer la gobernabilidad.
Del otro lado, La Cámpora interpreta la jugada como un intento de Kicillof de “reconfigurar los equilibrios internos del peronismo bonaerense”, profundizando una disputa que se arrastra desde hace tiempo.
La tensión no es sólo por un puesto legislativo: expone una pelea más amplia por la conducción del espacio, en un momento donde cada movimiento define el mapa de poder hacia los próximos años.