Máximo Kirchner lanzó una crítica directa al uso de dólares prestados y reabrió el debate por las prioridades del Gobierno.
El mensaje irrumpió con fuerza durante la presentación oficial de los F-16, un acto que buscó exhibir poder aéreo pero que terminó envuelto en polémica. La frase marcó el tono del cuestionamiento y volvió a instalar un tema que parecía saldado.
Kirchner apuntó a la forma en que se financió la compra y señaló una contradicción central en plena crisis económica. “Esos dólares que nos prestan no son para un Procrear, son para comprar aviones”, lanzó, generando repercusión inmediata y tensando la discusión sobre el rumbo de la gestión.
Para el diputado, mientras miles esperan soluciones habitacionales y oportunidades productivas, el Estado decide invertir en equipamiento militar. Su crítica sostiene que esta elección “se aleja de las necesidades reales” y muestra un modelo que prioriza la imagen antes que el alivio social.
Desde el Gobierno defienden la decisión como un avance estratégico y una modernización imprescindible para la defensa nacional. Sin embargo, la tensión quedó instalada y la pregunta vuelve a abrirse: ¿dónde debería concentrarse cada dólar en un país en crisis?