Santa Cruz atraviesa una de las tormentas más fuertes de las que tenemos memoria. Vientos históricos, voladuras de techos, daños estructurales en viviendas, familias evacuadas y rutas afectadas marcaron horas de enorme preocupación en todas las localidades de la provincia. Mientras tanto, cientos de trabajadores y trabajadoras de los servicios esenciales continúan desplegados para asistir a quienes peor la pasaron durante este temporal devastador.
En este contexto, ADOSAC decidió anunciar un paro de 48 horas para martes y miércoles, una medida que sorprende por su absoluta falta de tacto social frente a la emergencia que aún persiste.
Mientras Bomberos, Policía, Protección Civil, Vialidad Provincial, Servicios Públicos, personal de salud y agentes municipales trabajan sin descanso para garantizar seguridad, asistencia y contención, el gremio docente elige profundizar el conflicto en el momento menos oportuno.
Hoy Santa Cruz necesita unidad, responsabilidad y solidaridad. Es tiempo de pensar en quienes sufrieron pérdidas, en quienes vieron sus casas dañadas y en quienes siguen trabajando bajo el temporal para cuidar a los demás. Ante una situación tan extrema, decisiones como este paro no solo resultan inoportunas, sino también desconectadas del esfuerzo colectivo que está sosteniendo a la provincia.