Cruce público entre dos gobernadores durante un encuentro federal.
En el marco de una reunión del Consejo Federal de Inversiones, donde se trabajaba sobre proyectos de desarrollo e integración provincial, se produjo un fuerte intercambio entre el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el mandatario de Mendoza, Alfredo Cornejo.
Kicillof abrió su discurso con un mensaje que alteró el clima inicial del encuentro: afirmó que “hay que defender la Universidad Pública y no dejar que privatistas y miserables dejen afuera a miles de pibes de la educación”. Su intervención sorprendió a los gobernadores presentes, que hasta ese momento mantenían un tono técnico y orientado a la producción y la inversión.
Minutos después, Cornejo expresó abiertamente su malestar y calificó la exposición como “típico del kirchnerismo”, marcando una diferencia política contundente y dejando en evidencia la tensión en el auditorio.
El mandatario mendocino profundizó su postura al señalar que “la democracia no resolvió los desafíos que requieren el desarrollo del país” y remarcó que “se administró mal la cosa pública, sin consensos”. Sus palabras reflejaron una crítica directa a los modelos de gestión impulsados en los últimos años.
Kicillof replicó sosteniendo que “en nuestro país se aplicaron a rajatabla esas políticas neoliberales y de apertura indiscriminada”, afirmando que el resultado histórico fue “más pobreza y desigualdad”, y advirtió que repetir ese camino sería perjudicial para el futuro.
El episodio dejó al descubierto que, incluso en espacios destinados al diálogo institucional y al trabajo común entre provincias, persisten diferencias ideológicas profundas que atraviesan la agenda nacional.