Crece el malestar en el PJ por la disputa entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof.
La tensión interna dentro del Partido Justicialista sigue creciendo y genera un profundo “hartazgo” entre dirigentes e intendentes que observan cómo la disputa entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof se convierte en un obstáculo para la reconstrucción política del espacio y para la posibilidad de sostener un proyecto nacional sólido.
Según múltiples voces del peronismo bonaerense, la pelea por el liderazgo y la falta de una estrategia común “limita la construcción de un proyecto político que pueda trascender la coyuntura”, atrapando al partido en una pulseada de poder cada vez más áspera.
En diferentes sectores se advierte que “la energía se está consumiendo en la interna y no en la propuesta”, mientras la situación social exige respuestas urgentes. Intendentes, legisladores y referentes sindicales remarcan que la disputa por el control del PJ bonaerense paraliza decisiones claves, debilita la imagen de unidad y profundiza la desorientación territorial.
Para muchos militantes, la interna representa el riesgo concreto de una fractura que deje al peronismo sin capacidad de liderazgo nacional. “Sin unidad real no hay posibilidad de volver a construir una alternativa competitiva”, señalan quienes reclaman un acuerdo amplio y maduro.
Crece además el pedido de una conducción que incluya a todos los sectores y permita “ordenar la discusión y dejar atrás las peleas personales”, entendiendo que el tiempo político corre y que cada día perdido aleja la posibilidad de reorganización.
Mientras tanto, la incertidumbre se expande y el malestar se multiplica en las bases, que exigen poner fin a una contienda que ya golpea la identidad y el futuro del espacio. Para muchos, el desafío inmediato es claro: recuperar la conducción colectiva y reconstruir la confianza social antes de que sea tarde.