Una frase que desató fuertes reacciones políticas.
El gobernador bonaerense afirmó que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner ocupa un lugar similar al de José de San Martín, Juan Domingo Perón y Juan Manuel de Rosas. Sostuvo que “hay liderazgos que trascienden lo cotidiano” y que la exmandataria “representa una dimensión histórica que pocos alcanzan”.
Según sus palabras, las causas judiciales que enfrenta la exmandataria no son solamente procesos legales, sino “un tsunami de persecución contra un proyecto colectivo”. Aseguró que “cuando se persigue a una mujer que representa un espacio popular, se está atacando al pueblo mismo”.
Kicillof planteó que existe un intento de “re_escribir las reglas del juego para disciplinar a quienes fueron elegidos por la mayoría”, vinculándolo con lo que definió como “lawfare institucional”.
La comparación con figuras de enorme peso histórico sorprendió y abrió debate dentro y fuera de su espacio político. Sectores críticos consideraron que se trata de una analogía “exagerada” y recordaron que el uso de héroes nacionales en discusiones contemporáneas puede distorsionar el debate público.
El mensaje aparece en un momento donde se discute el futuro del liderazgo dentro del peronismo y dónde posicionar la figura de Cristina en la etapa que viene. La frase “esta batalla no es de ella, es de muchos” buscó instalar un clima de defensa colectiva ante un escenario político cargado de tensiones.
La polémica continuará alimentando discusiones sobre memoria, justicia y poder.
