Dura advertencia de Estados Unidos que escala la tensión con Venezuela.
El presidente estadounidense elevó el tono y advirtió que su país “puede hacer las cosas por las buenas o por las malas”, dejando en claro que la vía diplomática continúa disponible, pero bajo presión máxima.
Esta declaración surge en un escenario de tensión creciente, mientras Washington refuerza su presencia militar en el Caribe y el Atlántico, señalando riesgos vinculados al narcotráfico y a estructuras criminales asociadas al poder venezolano.
Como respuesta, el mandatario venezolano activó estructuras civiles y militares para demostrar fortaleza y aseguró que el país está listo para enfrentar cualquier intento de intervención, prometiendo resistencia absoluta ante cualquier amenaza externa.
El mensaje de la Casa Blanca busca quebrar la cohesión interna del régimen y acelerar definiciones políticas, instalando la advertencia de que “todas las opciones están sobre la mesa”. La frase directa expone que la paciencia diplomática parece agotarse y deja abierta la posibilidad de un paso hacia medidas coercitivas.
Para Caracas, estas señales implican la antesala de sanciones más duras o incluso acciones coordinadas con aliados regionales, mientras que para Estados Unidos forman parte de una estrategia para condicionar decisiones en el corto plazo.
En este contexto, la expresión “por las malas” funciona como un punto de inflexión y aumenta el riesgo de una etapa marcada por alta inestabilidad y consecuencias impredecibles para la región.
