Convocó a los venezolanos a entregar la vida por la patria.
Desde la Academia Militar del Fuerte Tiuna, en Caracas, Nicolás Maduro encabezó una arenga rodeado de funcionarios, militares y simpatizantes del régimen, en un acto que buscó exhibir fuerza y cohesión interna en medio de una creciente tensión política y militar en la región.
El mandatario afirmó que Venezuela atraviesa una instancia decisiva para su futuro y exhortó a cada sector del país a alinearse sin condiciones. En su discurso sentenció que “no hay excusas para nadie, civil, político, militar o policía” y llamó a asumir un compromiso absoluto con la defensa del territorio.
En medio de los aplausos de la cúpula chavista, redobló el tono y aseguró que “si la patria reclama, la patria tendrá nuestra vida, si es necesario”, una frase que resonó como advertencia hacia la oposición interna y como respuesta al escenario internacional, que interpreta como una amenaza directa al gobierno.
Maduro pidió disciplina total a las Fuerzas Armadas y a las organizaciones civiles vinculadas al chavismo, convocándolas a “defender cada palmo del territorio de cualquier agresión imperialista, venga de donde venga y cuando venga”, reforzando su línea de confrontación con Estados Unidos y otros países de la región.
El acto cerró con una movilización masiva que avanzó entre consignas oficialistas y banderas, donde se buscó transmitir la imagen de un bloque unido dispuesto a resistir cualquier intento de desestabilización.
En un contexto marcado por la incertidumbre política, el aislamiento internacional y una crisis social profunda, el discurso de Maduro profundizó la sensación de escalada y dejó en claro que la estrategia del régimen se apoya en la retórica militarista y el llamado al sacrificio.