La Provincia aprobó un endeudamiento histórico que generó un intenso debate político.
La Legislatura bonaerense autorizó al gobierno de Axel Kicillof a tomar deuda por $ 3.685 millones de dólares, un paquete financiero que se convirtió en el más grande de su gestión y que llega en un momento de fuerte presión fiscal. Según el Ejecutivo, el objetivo es afrontar vencimientos inmediatos, garantizar el funcionamiento del Estado y asistir a los municipios en medio de una caída sostenida de recursos.
Dentro del monto aprobado, uno de los puntos que generó mayor discusión es que una parte de los fondos no especifica su destino, señalada como de “libre disponibilidad”. Esa falta de precisión encendió cuestionamientos sobre la necesidad de mayor claridad en el uso de los recursos y sobre los mecanismos de control que deberían aplicarse.
La oposición remarcó que, sin un detalle concreto, se abre la puerta a discrecionalidades que dificultan la supervisión institucional. Desde el oficialismo respondieron que el contexto financiero obliga a contar con herramientas flexibles para evitar incumplimientos y sostener servicios esenciales.
Mientras continúa el debate legislativo y técnico, la Provincia queda posicionada frente a un endeudamiento de magnitud inédita, que marcará su estrategia económica para los próximos meses y que ya se transformó en uno de los movimientos fiscales más sensibles del año.
