Una multitud caminó desde la madrugada hacia el santuario provincial.
Miles de personas emprendieron desde la madrugada la tradicional caminata hacia la Virgen de Güer Aike, en una de las convocatorias más numerosas de los últimos años.
Familias enteras, grupos juveniles y peregrinos que salieron desde las primeras horas avanzaron por la ruta con un mismo propósito: “agradecer, pedir y renovar la fe” ante la imagen que reúne a toda la comunidad cada diciembre.
El movimiento comenzó en silencio, con linternas y rezos, y creció con el amanecer. Para muchos, la travesía de más de 30 kilómetros fue una promesa personal; para otros, un gesto de unión y acompañamiento.
A lo largo del camino se sumaron puestos de hidratación, equipos de asistencia y voluntarios que acompañaron a quienes avanzaban con esfuerzo. La llegada al santuario se vivió con emoción, marcada por “un clima de devoción que se multiplicó como no se veía hace años”.
La presencia de jóvenes sorprendió a los organizadores, que destacaron que la participación “se multiplicó por cinco o por diez” respecto a ediciones anteriores, reflejando un renovado vínculo con esta tradición que ya lleva casi medio siglo.
La jornada finalizó con bendiciones, oraciones y un cierre cargado de simbolismo para miles de fieles que consideran esta caminata un ritual indispensable de cada año.
