El ministro de Economía presentó medidas clave para atraer hasta US$ 7.000 millones, fortalecer las reservas y mostrar al Fondo Monetario que el plan de ajuste funciona. Bonos, créditos y apertura a capitales extranjeros, sin emisión monetaria ni control de salida para inversores.
El ministro Luis Caputo, acompañado por el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, y el viceministro José Luis Daza, presentó este martes un ambicioso paquete de medidas económicas destinado a reforzar las reservas internacionales, captar divisas frescas y enviar señales contundentes de confianza a los mercados. En una conferencia virtual, Caputo aseguró que el Fondo Monetario Internacional está “contentísimo” con el rumbo del programa económico del gobierno de Javier Milei.
Las medidas incluyen:
Emisión de deuda por hasta US$ 7.000 millones, con nuevos bonos para captar financiamiento externo.
Créditos repos con bancos internacionales, por entre US$ 1.500 y US$ 2.000 millones, respaldados por títulos públicos.
Reedición del bono “Bopreal”, orientado a empresas con deudas o utilidades retenidas, para que puedan dolarizarse sin acudir al mercado oficial.
Eliminación de restricciones a capitales extranjeros, permitiendo ingresar y salir libremente a quienes inviertan por al menos seis meses.
Además, se anunció que el Banco Central podrá intervenir en el mercado secundario de bonos para mantener una curva de tasas ordenada, pero sin recurrir a emisión monetaria. Según Bausili, esto busca dar previsibilidad y evitar “saltos bruscos” en la deuda en pesos, en un momento de extrema fragilidad monetaria.
El Tesoro también jugará su parte, aportando divisas desde ingresos no tributarios —como la reestatización de represas del Comahue (unos US$ 500 millones) y futuras privatizaciones viales—, lo que permitiría reforzar reservas sin tocar la maquinita. Caputo fue enfático: “Todo esto se hace sin imprimir un solo peso”.
Objetivo de fondo: mostrar disciplina fiscal y solvencia monetaria
Con estas decisiones, el equipo económico apunta a despejar dudas sobre la sostenibilidad del programa económico, a la espera de un nuevo acuerdo con el FMI que podría incluir hasta US$ 20.000 millones en financiamiento. Según fuentes del Gobierno, ya se solicitó un desembolso inicial equivalente al 40% del total, el doble de lo habitual en este tipo de convenios.
Para el oficialismo, se trata de una ofensiva clave para consolidar la confianza del Fondo y del mercado en el ajuste en marcha. En paralelo, la decisión de abrir el grifo al ingreso y salida de capitales busca atraer inversiones especulativas de corto plazo que oxigenen al BCRA sin atentar contra las metas fiscales.