Los bancos aplican fuertes comisiones por usar terminales que no pertenecen a la entidad emisora. La medida afecta a quienes no cobran sueldo o jubilación y no tienen acceso a sucursales cercanas. El costo fijo castiga más a quienes menos tienen.
Desde el 1° de mayo, los bancos en la Argentina aplican comisiones de hasta $5.000 por cada extracción de efectivo en cajeros que no pertenecen a la entidad emisora, conforme al marco regulatorio del Banco Central que exigió una notificación con 60 días de anticipación. Las subas, que el sector justificó en función de la inflación y los mayores costos operativos, ya están vigentes y afectan de lleno al bolsillo de los usuarios.
Según el informe publicado por Infobae, la tarifa varía según la red utilizada y el banco emisor de la tarjeta:
Banco Galicia encabeza el ranking de los más caros, cobrando $5.000 por extracción en cualquiera de las redes (Link o Banelco), un incremento de más del 117 % respecto de los valores previos ($2.700).
Le siguen Ualá ($3.500), Santander ($3.125), Naranja X ($3.025) y Credicoop (hasta $3.194).
En el otro extremo, el más barato bajo esta modalidad resulta ser el Banco Macro, con una comisión de $1.869,45 en su propia red, y $2.081,20 si se opera en otra.
Para las extracciones realizadas en el exterior, los montos escalan aún más y, dependiendo del tipo de cambio usado, pueden superar los $17.000 por operación.
¿Quiénes están exentos y por qué?
Siguiendo la normativa vigente y las políticas de inclusión financiera, los bancos mantienen la gratuidad de los retiros en los propios cajeros de la entidad. Además, no se cobra comisión por extracciones hechas por jubilados, beneficiarios de planes sociales y trabajadores que cobran salario por cuenta sueldo . El sistema de Extra Cash (retiro en comercios adheridos) también sigue sin comisión .
Una escalada que deja expuestos a usuarios vulnerables
Estos incrementos perjudican especialmente a los usuarios que no pueden evitar usar cajeros de terceros, ya sea por el cierre o migración de sucursales o por vivir en zonas sin cobertura adecuada. Además, las tarifas fijas implican una penalización mayor para quienes retiran montos pequeños, ya que el porcentaje de comisión sobre el monto total aumenta drásticamente .
Aunque las entidades argumentan que el ajuste responde a aumentos en la inflación (que superaron el 4 % solo en lo que va del año) y al incremento en costos laborales y operativos, los analistas advierten que el sistema bancario es uno de los pocos que aún no ajustó profundamente sus tarifas, lo que estaría impulsando las alzas .
Crítica al sistema y su falta de progresividad
La estructura actual de comisiones, basada en cargos fijos, carece de progresividad: trata igual a quien retira $10.000 que a quien solo necesita $1.000. Esa rigidez coloca una carga adicional sobre los más vulnerables, quienes además no pueden “hacer retiros grandes de una sola vez” por límites operativos del sistema .
Además, el cierre de sucursales y la disminución de cajeros propios impulsan que muchos usuarios no tengan más opción que pagar las altas comisiones, lo que refuerza un mecanismo regresivo y poco transparente.
Conclusión: costos que solventa el usuario
El aumento en los costos por extracción en cajeros ajenos representa otro capítulo en el traspaso de gastos al usuario final, en un contexto de inflación alta y servicios esenciales cada vez más caros. Si bien existen excepciones claras para sueldos, jubilaciones y planes sociales, quienes no entran en esos regímenes sufren una penalización por un servicio que solía considerarse básico. La falta de adecuación tarifaria a la realidad económica de los usuarios menores de ingresos evidencia un sistema que aún no prioriza la equidad ni la eficiencia.