30 junio, 2025 12:51 pm

IRÁN AMENAZA CON RESPUESTA MILITAR, CIBERNÉTICA Y ENERGÉTICA TRAS BOMBARDEROS DE EE.UU.

Teherán prepara represalias que podrían incluir ataques a infraestructuras, oleada cibernética y uso de su influencia energética.

Al filo de una escalada que amenaza con desbordar el conflicto en Oriente Medio, Irán ha dejado claro que su respuesta a los bombardeos estadounidenses —centrados en instalaciones nucleares clave— no se limitará a misiles balísticos. Desde advertencias diplomáticas a ciberataques, pasando por cortes petroleros y la posibilidad de reactivar su programa nuclear, la República Islámica pone sobre la mesa una diversidad de opciones para contrarrestar la ofensiva occidental.

El embajador iraní en España, Reza Zabib, aseguró que “si los estadounidenses nos disparan una sola bala, sus bases militares serán objetivo legítimo para nosotros”, y añadió que la respuesta iraní podría alcanzar envergadura cibernética, remitiendo a capacidades que incluyen guerra electrónica e incluso ataques indirectos contra bases estadounidenses.

A nivel militar, Irán ya aplicó una ofensiva masiva la noche del 13 de junio: más de 150 misiles balísticos y 100 drones contra objetivos en Israel, bautizada como “Operación Promesa Verdadera III” . Y no descarta lanzar misiles como el avanzado Fattah, su primer misil hipersónico capaz de vulnerar defensas antimisiles.

Económicamente, el estrecho de Ormuz se ha convertido en un punto clave. Irán amenaza impedir el paso de buques petroleros, lo que provocaría un aumento inmediato en los precios internacionales del crudo —ya en alza por la tensión bélica— y obligaría a una respuesta naval estadounidense.

En el plano diplomático y nuclear, Teherán evalúa abandonar formalmente el Tratado de No Proliferación (TNP) y suspender la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Este movimiento supondría el reinicio abierto del enriquecimiento de uranio, con fuerte impacto político y mediático.

Otra pieza clave en la estrategia iraní es su red de aliados en la región. Hezbollah, Hamas y otras milicias podrían reactivar ataques asimétricos contra intereses estadounidenses, israelíes o europeos —aunque esas milicias han sido golpeadas tras la escalada iniciada en octubre de 2023-.

El plan estratégico iraní involucra también su experiencia en ciberguerra: es considerada una de las principales potencias en ese ámbito, con un poderoso comando de guerra cibernética que ya ha lanzado ciberataques contra Israel, EE.UU. y países del Golfo.

En Naciones Unidas, el embajador Ali Bahreini advirtió que cualquier involucramiento militar directo estadounidense reforzará una respuesta “firme” de Teherán y podría desencadenar una conflagración mayor.

Desde el lado diplomático, la UE y potencias como Rusia han pedido contención, mientras la OIEA cuestiona las acciones de Irán. Tras los bombardeos, el precio del Brent cayó un 1 %, aunque había subido un 4,3 % el día anterior por la tensión regional.

¿Una escalada controlable o un abismo sin retorno?

La defensa que se proclama legítima puede convertirse en la chispa de una conflagración de imprevisibles consecuencias. Irán ha demostrado tener una gama completa de opciones —militares, energéticas, nucleares y cibernéticas— que podrían transformar la guerra en una crisis global. La táctica de protagonizar una “guerra económica” interviniendo en el mercado energético internacional golpea con eficacia directa al “teatro” del conflicto, forzando maniobras diplomáticas o decisiones militares inmediatas por parte de EE.UU. y Europa.

El riesgo es claro: cuando la respuesta deja de ser proporcional —y entra en la lógica de “uso total de capacidades”— se activa un mecanismo que, lejos de contener la guerra, puede hacerla global. Ante ello, la Unión Europea debería acelerar su rol mediador y exigir como mínimo la adhesión al TNP y la reanudación del monitoreo del OIEA. Los países del Golfo y actores como Rusia y China también tienen responsabilidad para moderar o desescalar.

Un camino de negociación diplomática, aunque arduo, es indispensable para evitar que la batalla por barriles de petróleo, misiles hipersónicos y ataques digitales desemboque en una crisis irreversible.

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