En mayo de 2025, una familia tipo compuesta por dos adultos y dos menores en Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia requirió un ingreso de $1.477.831 para mantenerse por encima de la línea de pobreza, según el Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB).
En Caleta Olivia, esa cifra fue aún mayor: $1.488.631, reflejando las particularidades del costo de vida patagónico.
Datos clave del mes de mayo:
Canasta Básica Alimentaria (CBA): establecida en $651.027 en Comodoro y $655.189 en Caleta Olivia —el umbral para evitar la indigencia.
Incremento mensual: 2,4 % en Comodoro y 3,0 % en Caleta Olivia para la CBT, y 2,6 % y 2,0 % respectivamente para la CBA .
Evolución interanual: la CBT subió 51,6 % en Comodoro y 52,4 % en Caleta; la CBA registró aumentos superiores al 316 % y 320 % respectivamente desde fines de 2023.
Contexto regional y nacional
Si bien el Indec reportó una suba mensual de tan solo 0,1 % en la CBT a nivel nacional (ubicada en $1.110.624) y una caída de 0,4 % en la CBA ($500.281), los valores relevados en la Patagonia exceden ampliamente estos promedios . Ello revela la carga adicional que enfrentan las familias locales, debido a precios elevados por transporte y menor competencia.
Composición de la canasta
La CBA revela la preponderancia creciente de los alimentos frescos en la canasta familiar:
Carnes y derivados: entre 23 % (Comodoro) y 32 % de la CBA, con subas recientes que rondan el 3 % mensual.
Otros rubros destacados: frutas y verduras (22–23 %), pan y cereales (19 %) y lácteos y huevos (13 %).
Impacto sobre las familias y perspectivas
La escalada persistente de la canasta básica en la Patagonia refleja una pérdida de poder adquisitivo real. Aunque los incrementos recientes parecen menos agresivos, los niveles actuales siguen siendo dramáticos: un hogar tipo necesita ingresos superiores al salario promedio bruto regional (alrededor de $1,2 millones) para apenas cubrir la canasta básica .
Según el director del Observatorio, César Herrera, es crucial observar la trayectoria y no los datos aislados (como la aparente “desaceleración” en mayo), pues los precios de alimentos y servicios continúan golpeando con fuerza a los sectores más vulnerables . Las próximas semanas serán clave: si se mantienen presiones en productos regulados o estacionales (como los pertrechos de invierno), los niveles de pobreza podrían incrementarse nuevamente .
¿Qué puede hacerse?
Ante este escenario, los analistas proponen:
- Ajustes salariales por encima de la inflación, focalizados en la Patagonia.
- Incentivos y subsidios para el transporte de alimentos, que reduzcan los costos en origen-destino.
- Trabajo conjunto entre el Estado, productores locales y supermercados para generar ofertas sostenibles y proteger a los consumidores.
Mientras tanto, muchas familias sinceran su realidad: priorizan lo esencial, reducen compras no alimentarias y, en varios casos, recurren a redes solidarias y comedores comunitarios para cubrir sus necesidades básicas.
Este informe integra datos oficiales nacionales del INDEC y relevamientos regionales del Observatorio UNPSJB. Muestra una Patagonia con una crisis de costo de vida que, lejos de amainar, acumula décadas de deterioro económico producto de la combinación inflaciónalta y salarios bajos.