Un caso que generó conmoción y repudio en redes sociales y entre organizaciones protectoras de animales se conoció en las últimas horas, luego de que una mujer denunciara públicamente que un hombre adoptó a su mascota, una chanchita mini pig llamada Roma, con la promesa de brindarle un hogar, pero que en realidad la habría destinado a un asado con sus amigos.
Según relató Mariela, la exdueña del animal, decidió darla en adopción a comienzos de enero tras no poder mantenerla más en su vivienda. Fue entonces cuando Facundo Medina, el hombre denunciado, se contactó con ella y le aseguró que la chanchita sería una mascota para sus hijas. Para convencerla, le envió fotos de su casa, aparentando ofrecerle un entorno adecuado. El encuentro se concretó el 5 de enero, en la localidad de Pacheco.
Días después, comenzó a circular en grupos de WhatsApp dedicados al cuidado de mini pigs un mensaje que advertía sobre el caso. El texto, acompañado por imágenes, relataba que un hombre había adoptado una mini pig y, al poco tiempo, la habría sacrificado para consumo. Incluso se mencionaba que, tras retirarla, Medina habría enviado fotos al grupo de amigos pidiéndoles “que preparen el agua caliente para pelarla”.
La indignación creció al descubrirse una publicación en redes sociales del propio Medina, donde aparece con el animal bajo la frase: “Con la chanchi”. Posteriormente, también se viralizó un audio en el que un conocido suyo hace referencia al hecho: “Me contó que recién llegó de llevar la chancha (a matar). Ya prendió el fuego. Qué maldito. Lo hubiese dejado con la dueña”.
Mariela afirmó que el hombre incluso le envió videos de Roma jugando con sus hijas, para reforzar la idea de que sería una mascota familiar. Al intentar contactarlo nuevamente para conocer cómo se encontraba el animal, Medina respondió que ya no la tenía y que “no estaba más en este plano”, insinuando su muerte.
El caso generó numerosas expresiones de rechazo entre defensores de los derechos de los animales, quienes calificaron el accionar como cruel, engañoso y repudiable. Medina, por su parte, negó los hechos y aseguró que se trata de un “error informático”. También afirmó que inició acciones legales a través de un estudio jurídico, aunque las pruebas públicas contradicen su versión.
La denuncia penal ya fue presentada por la exdueña del animal, quien señaló estar profundamente afectada por la situación: “Me quiero matar. No lo puedo creer. Es muy cruel, me siento muy mal”.
El caso reabre el debate sobre la necesidad de contar con regulaciones más estrictas en materia de adopción y tenencia responsable de animales no convencionales, así como penas más duras frente a situaciones de maltrato y engaño.
