La autoridad monetaria volvió a intervenir tras meses de pasividad. Absorbió $4,3 billones con pases pasivos y logró una baja del dólar. El mercado duda sobre la sostenibilidad de la medida.
El Banco Central reapareció en escena con fuerza para contener una nueva corrida cambiaria. En una jornada inesperada, la autoridad monetaria volvió a ofrecer pases pasivos, subió la tasa de interés de forma abrupta y salió a vender Lecap en el mercado secundario. La jugada logró frenar la suba del dólar, pero generó dudas sobre la consistencia del rumbo económico.
La intervención incluyó tasas del 36% anual, con el objetivo de absorber el exceso de pesos que dejó el desarme de las Letras Fiscales (LEFI). Solo en la jornada del lunes, el BCRA captó $4,3 billones en instrumentos a corto plazo.
El dólar reaccionó: bajó alrededor de $10 en sus distintas cotizaciones. El oficial cerró apenas debajo de los $1.280 y el blue quedó en torno a los $1.330. También se notó una fuerte intervención en el mercado de futuros, donde el Central colocó más de u$s2.900 millones en posiciones cortas.
UNA SEÑAL INESPERADA
La medida sorprendió al mercado. Desde principios de año, el Gobierno venía sosteniendo una política de tasas reales negativas y había retirado los pases del menú monetario. El regreso de esta herramienta indica un cambio de estrategia forzado, ante el temor de una escalada mayor del tipo de cambio.
Según analistas privados, el problema de fondo es estructural: la masa de pesos tras la salida de las LEFI saturó el sistema bancario. Sin una tasa que sirviera de ancla, la presión se volcó al dólar.
“La reacción fue tardía, pero inevitable. El mercado no podía seguir flotando sin un ancla nominal”, señaló un operador cambiario en diálogo con El Cronista.
EFECTO EN CADENA
El regreso de los pases tiene efectos inmediatos:
Mayor costo fiscal: el Estado deberá pagar más por endeudarse en pesos.
Desgaste del relato oficial: se rompe la narrativa de tasas “de mercado” y de una economía sin intervenciones.
Dudas sobre el futuro: los inversores temen que esta corrección marque el comienzo de una nueva etapa de inestabilidad monetaria.
En el equipo económico defienden la medida como una “corrección técnica” y afirman que no se modificará la hoja de ruta. Pero en el mercado nadie descarta nuevas tensiones si no hay señales fiscales claras en los próximos días.
SEÑALES DE ALERTA
La reacción del BCRA llega en un momento político delicado, con el oficialismo atravesado por internas, una vicepresidenta en conflicto con el presidente y una oposición que presiona por más gasto social.
En este clima, la estabilidad cambiaria no está garantizada. Y la reaparición de herramientas de absorción monetaria, si bien efectiva en el corto plazo, expone una fragilidad estructural del esquema económico.
¿QUÉ PUEDE PASAR?
El Gobierno convocó a una licitación extraordinaria del Tesoro para esta semana, con el objetivo de profundizar la absorción de pesos.
El INDEC dará a conocer la inflación de junio en los próximos días. Se espera un leve repunte.
Si el dólar vuelve a moverse, no se descarta una nueva suba de tasas o incluso ventas de reservas.