28 julio, 2025 8:49 am

Jairo Guzmán y el arte de disfrazarse de protagonista

Hay políticos que gestionan. Otros que especulan. Y hay casos, como el de Jairo Guzmán, que elevan el oportunismo a la categoría de método. Su última aparición intentando atribuirse méritos en la reactivación de las represas de Santa Cruz no es solo una puesta en escena: es una falta de respeto a quienes realmente hicieron el trabajo.

Mientras el gobernador Claudio Vidal, el Jefe de Gabinete Guillermo Francos y el presidente de ENARSA, Tristán Socas, firmaban el acuerdo con la empresa Gezhouba, destrabando la represa Jorge Cepernic y garantizando el pago de salarios a los trabajadores, Guzmán no estaba ni en la foto, ni en la gestión, ni en el proceso. Lo suyo fue llegar después, sonreír para la cámara y simular pertenencia. Como quien se cuela en una fiesta a la que no fue invitado.

Peor aún, en meses anteriores fue uno de los más críticos del acuerdo con China. Cuestionó el financiamiento, sugirió alternativas inviables y apostó a embarrar la cancha. Pero ahora que el acuerdo es una realidad, Guzmán aparece como si hubiera traído él mismo el contrato bajo el brazo. Un cambalache de incoherencia y cinismo.

La política de Jairo Guzmán es una política sin gestión, sin convicciones y sin pudor. Una política que no construye, solo se acomoda. Que no lidera, solo especula. Que no propone, solo copia.

Hay funcionarios que trabajan en silencio, que asumen el costo de decidir, que dan la cara y ponen el cuerpo. Guzmán no está entre ellos. Prefiere aparecer cuando el esfuerzo es ajeno y la foto está lista. Se pone el traje de otro, se sube al caballo de otro, y se saca la selfie.

Pero quizás lo más preocupante no sea su oportunismo, sino la imagen falsa que vende a quienes todavía creen en él. Pobres los pibes que lo siguen pensando que están construyendo algo verdadero, cuando en realidad solo están siguiendo a alguien que juega a ser político sin ensuciarse las manos. Que nunca se enfrentó a un conflicto real, que nunca arriesgó nada, que nunca peleó por nadie más que por sí mismo.

Santa Cruz necesita dirigentes que inspiren desde el ejemplo, no desde la pose. Porque mientras algunos se sacan fotos, otros se rompen el alma para que esta provincia avance. La historia no la escriben los que se disfrazan, la escriben los que se arremangan.

Y en esa historia, Jairo Guzmán apenas aparece como un actor de reparto con mal guion y peores intenciones.

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