29 julio, 2025 6:17 pm

HISTORIAL CATASTRÓFICO: EL GOBIERNO CRUZÓ A STIGLITZ TRAS SU ADVERTENCIA DE UNA NUEVA CRISIS EN ARGENTINA

El Premio Nobel, mentor del exministro Martín Guzmán, criticó el endeudamiento y señaló que “el país no es viable”; desde el Ejecutivo lo acusaron de tener un “récord payasesco” en macroeconomía.

El economista estadounidense y Premio Nobel Joseph Stiglitz volvió al centro de la escena económica argentina tras lanzar una dura advertencia en el Festival Gabo de Colombia: “Argentina está al borde de otra crisis”. La frase resonó con fuerza tanto en medios internacionales como en despachos oficiales, donde la respuesta no tardó en llegar.

“Gracias Joe, reconfortante escuchar tus palabras hoy”, ironizó en redes el secretario de Política Económica, José Luis Daza, quien encabeza la estrategia técnica del equipo económico que responde al presidente Javier Milei. Y fue más allá: “Nadie en el mundo macro toma en serio a Stiglitz. Ganó el Nobel por trabajos en microeconomía; en macro tiene un historial catastrófico”.

La reacción se produjo luego de que Stiglitz, mentor del exministro Martín Guzmán, cuestionara el reciente préstamo de USD 20.000 millones acordado por la actual gestión con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que consideró insostenible. “No pudieron pagar los USD 44.000 millones del acuerdo anterior con Macri y ahora vuelven a endeudarse. El país no es viable”, sostuvo.

Un diagnóstico que divide

Para el economista, la reciente baja de la inflación, que se ubicó en torno al 4,7 % mensual en junio, se debió exclusivamente al uso de esos dólares del Fondo para contener el tipo de cambio, y no a reformas estructurales. “Lo que parece calma es solo una ilusión”, afirmó.

Desde el Gobierno, sin embargo, niegan de plano ese análisis. Voceros oficiales aseguran que la desaceleración de precios se basa en un programa ortodoxo con tres pilares: superávit fiscal, congelamiento de la base monetaria y libre movilidad cambiaria. Y niegan que los fondos del FMI se estén usando para financiar gasto corriente.

“El acuerdo con el Fondo permitió recapitalizar el Banco Central, no pagar jubilaciones ni sostener la obra pública. La estabilidad que vemos es resultado de orden, no de maquillaje”, explicó a este diario un funcionario con acceso directo al Palacio de Hacienda.

El legado del mentor

Las críticas a Stiglitz no se agotan en la coyuntura. El economista de Columbia es señalado por el oficialismo como uno de los responsables intelectuales del “fracaso económico” del gobierno anterior. Su cercanía con Guzmán, autor del acuerdo renegociado con el FMI en 2021, y su defensa del modelo kirchnerista, alimentan ese rechazo.

“Defendió a Cristina, elogió a Chávez, a Dilma y hasta habló de ‘milagro argentino’ en 2022. No hay una sola predicción que haya acertado en macroeconomía”, sentenció Daza en sus redes.

No es la primera vez que Stiglitz genera incomodidad con sus diagnósticos. En 2019 fue uno de los promotores internacionales de una reestructuración de deuda “sin quita de capital”, lo que despertó críticas incluso en Wall Street. En 2022, celebró como un logro el acuerdo con el FMI alcanzado por Guzmán, aunque pocos meses después, el ministro renunciaría ante la falta de respaldo político.

Riesgos latentes

Más allá del cruce político, algunos analistas reconocen que hay elementos que justifican la cautela. La deuda bruta argentina supera los USD 400.000 millones, y aunque el Gobierno logró refinanciar buena parte de sus vencimientos, las reservas netas del Banco Central siguen en niveles frágiles.

“La advertencia de Stiglitz no es absurda, pero tampoco refleja la dinámica actual. El país está lejos de una crisis inminente, aunque el margen de error es mínimo”, sostuvo el economista Sebastián Menescaldi, director de Eco Go.

El verdadero desafío, coinciden en el mercado, será sostener la consolidación fiscal sin que el ajuste genere una fractura social irreversible. El consumo se contrajo más del 12 % interanual y la inversión aún no repunta, mientras el salario real continúa perdiendo poder adquisitivo.

Stiglitz volvió a sacudir el tablero con un pronóstico sombrío. Desde el oficialismo, la reacción fue tan fulminante como previsible. En el fondo, lo que está en juego no es solo una disputa entre tecnócratas, sino el rumbo mismo del experimento económico que Javier Milei promete consolidar.

El Nobel habla desde la teoría y el Gobierno desde la trinchera. Pero en Argentina, como bien sabe su historia, los economistas también son actores políticos. Y el resultado, como siempre, lo dictará la realidad.

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