19 septiembre, 2025 7:30 am

TERREMOTO DEVASTADOR SACUDE EL ESTE DE AFGANISTÁN

Balance oficial: más de 1.100 muertos, miles de heridos y viviendas destruidas; ayuda humanitaria comienza a llegar aunque con dificultades.

Un sismo de magnitud 6,0 sacudió las provincias orientales de Nangarhar y Kunar al filo de la medianoche del 31 de agosto de 2025, justo a las 23:47 hora local, en una zona remota y montañosa del este de Afganistán, cerca de la frontera con Pakistán. El epicentro se situó a solo 8 kilómetros de profundidad en el distrito de Kuz Kunar, y su carácter superficial amplificó los daños, con intensidades violentas en áreas cercanas como Nurgal y fuertes en Jalalabad, una ciudad densamente poblada y punto clave del comercio fronterizo.

Desde el anuncio de los primeros balances, las cifras de víctimas han escalado rápidamente. Mientras algunas fuentes iniciales mencionaban alrededor de 800 fallecidos y más de 2.500 heridos , los reportes más recientes del gobierno talibán elevan la cifra a 1.411 muertos y más de 3.100 heridos . Por su parte, la Media Luna Roja Afgana reportó 1.124 muertos, 3.251 heridos y más de 8.000 viviendas destruidas . Según datos consolidados de Wikipedia, se estima que más de 1.100 personas perdieron la vida y al menos 3.500 resultaron heridas, mientras que miles quedaban aún bajo escombros.

La devastación es particularmente aguda en distritos como Wadir, donde se calcula que hasta el 90 % de los habitantes quedaron muertos o heridos; aldeas como Mazar-e‑Dara y Andarlachak sufrieron también impactos críticos, con decenas a centenares de víctimas y viviendas derrumbadas . Chawkay, Darai Nur, Laghman, Nuristan y Panjshir reportaron también pérdidas humanas, daños estructurales y heridos múltiples.

Las rescatas enfrentan serios obstáculos. Las carreteras fueron bloqueadas por deslizamientos y lluvias, mientras que las condiciones geográficas y el aislamiento retrasan aún más la llegada de ayuda . Las autoridades talibanes desplegaron recursos internos: asignaron 100 millones de afganis (equivalentes a unos 1,5 millones de dólares) al comité especial liderado por el ministro de Rehabilitación Rural; se movilizaron voluntarios, donantes de sangre, helicópteros médicos, 40 vuelos de traslado para 420 heridos y se enviaron suministros médicos por aire y tierra.

A pesar de las restricciones internacionales a los talibanes desde su retoma del poder en 2021, la comunidad global empezó a responder. UNICEF despachó medicinas, ropa, tiendas de campaña, elementos de higiene y agua . El Reino Unido comprometió 1 millón de libras esterlinas (1,35 millones de dólares) canalizados a través del Fondo de Población de la ONU y la Cruz Roja Internacional . India envió 1.000 tiendas familiares a Kabul y 15 toneladas de alimentos a Kunar . Emiratos Árabes Unidos desplegó un equipo de rescate y paquete humanitario; la Unión Europea aseguró que sus socios ya operaban en territorio afgano . China, Pakistán, Japón e Irán expresaron disponibilidad para ofrecer ayuda según las necesidades . Estados Unidos emitió condolencias a través de su Departamento de Estado, sin anunciar compromisos inmediatos.

Este nuevo desastre afianza el carácter sísmico y frágil de Afganistán, situado en una zona de convergencia entre las placas de Arabia y la India. La región, especialmente el Hindu Kush, acumula tensiones tectónicas por subducción y falla activa, lo que genera sismos devastadores con relativa frecuencia . Este episodio recuerda el terremoto del 7 de octubre de 2023 en la provincia de Herat, que dejó más de mil muertos y miles de heridos, con daños estructurales y pérdida de patrimonio histórico.

La respuesta humanitaria se ve obstaculizada por la inestabilidad política, el aislamiento internacional del régimen talibán, el terreno escarpado y la falta de infraestructura. ONG y agencias de la ONU subrayan que aún muchas aldeas siguen incomunicadas y que miles de personas apenas han recibido asistencia . Amnistía Internacional criticó además a los talibanes y a Pakistán por obstaculizar el acceso y repatriar refugiados afganos en plena crisis.

El terremoto del 31 de agosto de 2025 constituye uno de los desastres más graves que ha sufrido Afganistán en años recientes. Con el invierno acercándose, las necesidades básicas —refugio, agua, alimento, atención médica— se vuelven urgentes. El número exacto de víctimas sigue en revisión, aunque los reportes coinciden en que la tragedia supera con creces los mil fallecidos y muchos miles de heridos. Mientras los esfuerzos locales apenas comienzan a desplegarse, la via humanitaria internacional ya empieza a observar el cumplimiento de promesas que deben transformarse en alivio tangible.

Este nuevo capítulo de devastación en Afganistán renueva el llamado global: la ayuda debe ser rápida, eficiente y superar las barreras políticas y logísticas, para evitar que una crisis natural se convierta en una catástrofe social y humanitaria prolongada.

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