Gobierno provincial y Cámara de Comercio de El Calafate avanzan juntos para fortalecer al turismo como motor clave de desarrollo.
El Gobierno de Santa Cruz y la Cámara de Comercio de la principal ciudad turística de la provincia pusieron en marcha una agenda estratégica conjunta con el objetivo de revitalizar el turismo provincial a través de políticas públicas, acuerdos con el sector privado y una mayor integración regional. En el marco de esta alianza se delinearon acciones de corto, mediano y largo plazo orientadas no solo a sostener lo que se construyó en altos picos de visitas, sino a corregir debilidades estructurales que afectaron al sector en la reciente temporada.
Rubén Martínez, secretario de Estado de Turismo de la provincia, afirmó que la iniciativa busca consolidar a Santa Cruz como “una puerta emergente y líder en turismo”, con una mirada integral que contemple tanto los destinos tradicionales como los emergentes. Entre los ejes centrales que se definieron se encuentran el fortalecimiento de un circuito turístico regional que articule distintos prestadores santacruceños, la mejora de la conectividad —especialmente aeropuertos y puertos—, la capacitación de trabajadores del sector y acciones concretas de promoción nacional e internacional.
Uno de los problemas más evidentes que enfrenta El Calafate es la merma en la cantidad de visitantes al Parque Nacional Los Glaciares. En 2024 se registraron alrededor de 731.182 ingresos, apenas 70.000 menos que en 2023, un descenso cercano al 10 % que supone un llamado de atención, dado que los niveles previos a la pandemia eran comparativamente más altos. A esto se suma el fenómeno nacional: según los informes de la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH), las pernoctaciones de argentinos residentes aumentaron, mientras que las de turistas extranjeros bajaron significativamente, lo que repercute directamente en destinos como El Calafate, muy dependientes del flujo internacional.
En respuesta, una de las estrategias prioritarias será aumentar la conectividad aérea y marítima. Martínez enfatizó la importancia de mejorar aeropuertos y puertos para incentivar nuevas inversiones turísticas. Ya en 2024, el municipio de El Calafate había avanzado en la promoción de rutas aéreas directas, como la establecida con Chile. También se mejoraron infraestructuras locales como la Terminal de Ómnibus, alojamientos y servicios turísticos.
La capacitación del sector privado aparece como otro pilar ineludible. Se prevén instancias formativas en atención al cliente, idiomas, gestión de negocios y herramientas de comercialización adaptadas a realidades globales y regionales. El Gobierno busca impulsar que los prestadores de servicios del sur de la provincia no queden excluidos de los circuitos turísticos más rentables.
En el plano promocional, se realizó recientemente el workshop “El Calafate B2B”, que superó las expectativas al generar más de 500 rondas de negocios vinculando prestadores locales con actores internacionales y nacionales en el rubro. Esa experiencia sirve como ejemplo de lo que se pretende multiplicar para lograr mayor visibilidad del destino.
Sin embargo, los desafíos siguen siendo grandes. La temporada 2024-2025 fue calificada como “de inicio tardío” y con una actividad turística que no logró alcanzar las metas previstas para muchos emprendedores. Las subas inflacionarias, los costos del traslado, la estacionalidad marcada, y una caída en la demanda de ciertos mercados emisores externos profundizaron la necesidad de repensar modelos de gestión, precios y oferta. A nivel nacional, los informes muestran que el turismo receptivo extranjero siente mayor impacto por la valorización del dólar, de los costos locales, lo que torna más competitivo para los visitantes locales que para los extranjeros.
Para revertir esas tendencias, las autoridades provinciales y los representantes de los comercios y servicios turísticos proponen que el fortalecimiento del circuito regional, o la interrelación entre localidades, no solo quede en el discurso, sino que tenga respaldo presupuestario, incentivos fiscales y una planificación que contemple las singularidades geográficas, climáticas y culturales de cada sector. También se alude a que ampliar la temporada, diversificar la oferta (actividades culturales, naturales, deportivas) y mejorar la experiencia del visitante (infraestructura, servicios, señalización, accesos) serán componentes tan decisivos como la promoción misma.
En definitiva, El Calafate y el resto de Santa Cruz enfrentan un momento de inflexión: tienen el reconocimiento internacional, paisajes naturales únicos como el glaciar Perito Moreno, y un atractivo turístico probado, pero deben superar las barreras que ahora les impiden crecer a pleno. La nueva agenda conjunta entre lo público y lo privado nace con el propósito de transformar esos obstáculos en oportunidades, para que el turismo no sea apenas una estación exitosa, sino una palanca constante de desarrollo local y regional.