19 septiembre, 2025 4:36 am

ALARMA EN LA INDUSTRIA: LA PRODUCCIÓN METALÚRGICA SE DESPLOMÓ EN AGOSTO

​Un informe sectorial revela una caída del 6% anual y un 2,3% mensual, en un escenario de parálisis económica. La contracción del sector responde al coctel de altas tasas de interés y a la apreciación del dólar, que golpea la producción y el empleo.

​BUENOS AIRES.- El sector metalúrgico ha encendido las luces de alarma al registrar un brusco retroceso en su producción durante el mes de agosto. Los datos del sector son lapidarios: se constató una caída del 6% en la actividad interanual y una retracción del 2,3% en comparación con el mes de julio. La cifra, que funciona como un termómetro de la salud industrial, refleja una parálisis generalizada de la economía en un contexto marcado por la incertidumbre electoral.

​Los analistas coinciden en que la contracción de la industria se explica por una combinación de políticas macroeconómicas restrictivas. Por un lado, la estrategia del Banco Central de mantener elevadas las tasas de interés y el encaje bancario, en su intento por contener la inflación “a cualquier costo”, ha enfriado la demanda interna y ha desalentado la inversión. El alto costo del crédito hace que los proyectos de inversión se paralicen, afectando directamente a un sector que es clave en la cadena de valor de la construcción, el sector automotriz y la industria de bienes de capital.

​Por el otro, y de forma no menos importante, la política de tipo de cambio ha jugado un rol crucial. Pese a los esfuerzos del Gobierno por intervenir en el mercado para mantener el dólar a la baja, la divisa norteamericana se mantiene apreciada, un factor que ha erosionado la competitividad de las exportaciones y ha encarecido los insumos importados. Esta situación, sumada a la falta de confianza que genera la contienda electoral, ha llevado a las empresas a una postura de cautela extrema, con fábricas operando a un ritmo menor a su capacidad.

​El derrumbe de la actividad metalúrgica no es un hecho aislado, sino la señal más clara del impacto de la estanflación en el corazón productivo de la economía. Con una inflación aún elevada y una actividad en caída, el sector industrial enfrenta un panorama complejo. El sector espera que los resultados de los comicios abran una nueva etapa de previsibilidad que permita reactivar la economía, una necesidad urgente para evitar un mayor impacto en el empleo y la inversión.

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