Una combinación de incertidumbre política y dudas sobre la capacidad del Banco Central para frenar la suba del dólar provocó una caída de hasta el 6% en los bonos argentinos. El S&P Merval en dólares se desplomó a su valor más bajo en 13 meses.
Los mercados argentinos vivieron una jornada de fuerte turbulencia que se reflejó en una brusca caída de los bonos y un desplome del S&P Merval. La pérdida de valor de los activos se explica por una creciente presión cambiaria y las dudas de los operadores sobre la capacidad del Banco Central para contener la suba del dólar. El riesgo país, que es el termómetro de la confianza del mercado en la deuda argentina, se disparó hasta los 1.200 puntos básicos, una señal de alarma que no se veía en mucho tiempo.
Los bonos soberanos en moneda extranjera, especialmente los de largo plazo, como el Global 2046 y el Bonar 2041, fueron los más castigados, con caídas que en algunos casos superaron el 6%. El temor del mercado se centra en la posibilidad de que el Banco Central, en un intento por frenar la escalada del dólar oficial, se vea obligado a utilizar sus reservas para intervenir, comprometiendo así los próximos pagos de la deuda.
El S&P Merval, el índice líder de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, también sintió el impacto de la desconfianza. Medido en dólares, el índice cayó a sus valores más bajos en 13 meses, un claro reflejo del escepticismo de los inversores. La falta de liquidez en el mercado y la incertidumbre política, que se acentuó tras los últimos comicios, han llevado a los operadores a refugiarse en activos más seguros. La situación, según los expertos, no es un buen momento para invertir en activos argentinos.
La debilidad de los mercados es la consecuencia directa de una serie de factores, que incluyen la presión cambiaria, las dudas sobre la sostenibilidad del programa económico y la percepción de que el Gobierno carece de fondos suficientes para sostener la estabilidad financiera. Los inversores, que habían apostado a una normalización de la economía, han puesto un freno a sus operaciones, esperando señales más claras de que el Gobierno tiene un plan sólido para enfrentar la crisis.