Este jueves el Senado sesionará para insistir con la ley que obliga al Ejecutivo a repartir automáticamente los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) entre las provincias, norma vetada por Javier Milei. La oposición confía en reunir los dos tercios necesarios para dejar firme la normativa, profundizando el aislamiento político del gobierno.
El Senado de la Nación convocó una sesión para este jueves con un propósito claro: rechazar el veto del presidente Javier Milei al proyecto que obliga al Poder Ejecutivo a repartir automáticamente los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) entre las provincias. La ley, impulsada por los 24 gobernadores, había sido sancionada por ambas cámaras antes de ser vetada la semana pasada.
Para que el veto sea revocado, la oposición necesita una mayoría agravada de los dos tercios de los senadores presentes, en dos votaciones consecutivas: una para habilitar el tratamiento sobre tablas (ya que el proyecto no tiene dictamen de comisión) y otra para rechazar formalmente el veto y enviarlo nuevamente a la Cámara de Diputados.
La norma de los ATN fue aprobada originalmente en el Senado el 10 de julio con una abrumadora mayoría (56 votos a favor y solo uno en contra). Esa contundencia inicial da confianza a los opositores de que podrán repetir ese amplio respaldo, pese al desgaste político que ha acumulado el oficialismo.
El rechazo al veto se enmarca en una ofensiva parlamentaria más amplia: la Cámara de Diputados también persigue revocar vetos presidenciales recientes, como los que afectaron leyes de financiamiento universitario y de emergencia pediátrica.
El gobierno de Milei llega al debate con la necesidad de recomponer relaciones con gobernadores provinciales y mejorar su posición en el Congreso, tras la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires. En ese contexto, se han firmado convenios de obras y programas públicos con mandatarios provinciales, y el ministro del Interior Lisandro Catalán ha intensificado gestos de acercamiento. Pero fuentes parlamentarias no descartan que el rechazo al veto marque otro punto de inflexión, con consecuencias políticas para el oficialismo.
En definitiva, la votación de este jueves será uno de los hitos más recientes de la tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo: aunque Milei busca mantener firme el control político, enfrenta una oposición que parece haber encontrado una articulación sólida para frenar lo que considera medidas contrarias al federalismo y a los derechos de las provincias. Un nuevo capítulo de confrontación institucional que podría fortalecer a quienes ya exigían mayor autonomía financiera y control sobre los recursos nacionales.