La política santacruceña suma un nuevo capítulo con la candidatura de Gisella Martínez, la dirigente radical que buscará llegar al Congreso como parte del frente Provincias Unidas por Santa Cruz. Su postulación, respaldada por la Unión Cívica Radical y acompañada en la lista por Daniel Álvarez, se presenta como una jugada clave en la estrategia de ampliar el espacio y enfrentar a dos adversarios de peso: el kirchnerismo y La Libertad Avanza.
Martínez, abogada de profesión y militante de larga trayectoria, representa a una nueva generación dentro de la UCR. Su rol en el equipo del vicegobernador Fabián Leguizamón le otorgó experiencia en gestión y un sólido entramado territorial que ahora se proyecta a nivel nacional. “Nuestro límite es el kirchnerismo”, aseguró en el inicio de su campaña, dejando en claro cuál será la bandera que ordene su discurso y el de la coalición.
La candidatura radical no se limita, sin embargo, a la confrontación con el kirchnerismo. El objetivo es aún más amplio: consolidar una alternativa capaz de disputar el espacio tanto al aparato tradicional del justicialismo como al avance libertario, que en los últimos años intentó instalarse como fuerza emergente en la provincia sin ofrecer soluciones concretas a los problemas de la ciudadanía.
La incorporación de la UCR al frente Provincias Unidas por Santa Cruz representa un punto de inflexión en la política provincial. Se trata de un gesto de unidad, pero sobre todo de una decisión de disputar poder real con un proyecto plural, con raíces federales y un horizonte claro: defender los intereses de los santacruceños en el Congreso.
El tándem Martínez–Álvarez aparece como una fórmula que combina identidad partidaria, renovación y volumen político. Por un lado, la UCR recupera protagonismo con una figura joven y decidida; por otro, el jefe de Gabinete provincial aporta experiencia y una agenda de gestión alineada con las prioridades de la provincia.
En el corazón de la propuesta, la consigna es clara: terminar con los resabios del kirchnerismo que durante años condicionaron la vida institucional y frenar un avance libertario que no ha dejado respuestas positivas para la sociedad santacruceña. Con esa premisa, Martínez se instala como una de las apuestas fuertes de la política local, en un escenario que promete ser decisivo para el futuro inmediato de la provincia.