El presidente arribó a Ushuaia con una agenda de campaña, pero la fuerte movilización sindical y social lo obligó a suspender actividades públicas. Solo pudo ingresar a la planta de Newsan bajo un estricto operativo de seguridad.
El viaje de Javier Milei a Tierra del Fuego se transformó en un foco de tensión política. El mandatario llegó este lunes a Ushuaia con el objetivo de apuntalar a sus candidatos de cara a las próximas elecciones legislativas. Sin embargo, las protestas encabezadas por gremios de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), movimientos sociales y vecinos de la ciudad marcaron la jornada y terminaron frustrando el acto central que estaba previsto.
La visita estuvo atravesada por un fuerte dispositivo policial, con vallas y presencia de efectivos en el aeropuerto y las calles principales. A pesar de ello, los manifestantes lograron hacerse oír con cánticos y pancartas contra el ajuste y la política económica del Gobierno. En medio de ese clima, Milei desistió de realizar la caminata de campaña que había sido anunciada, para evitar incidentes.
El único tramo cumplido de su agenda fue la recorrida por la planta de la firma Newsan, donde se fabrican celulares y electrodomésticos bajo el régimen de promoción industrial vigente en la provincia. Allí el Presidente defendió sus reformas y cuestionó a quienes —según él— quieren un retorno a la inflación del 300 por ciento.
La resistencia local no se limitó a la protesta callejera. El Concejo Deliberante de Ushuaia declaró a Milei “persona no grata” en la ciudad, en rechazo a sus políticas que, aseguran, ponen en riesgo el empleo y el esquema productivo fueguino.
La tensión entre el oficialismo libertario y el entramado social e industrial de Tierra del Fuego quedó así expuesta en una visita breve, donde el mensaje presidencial quedó eclipsado por el ruido de las cacerolas y los gritos de repudio.
