Con un show en el Movistar Arena para presentar su libro, el presidente volvió a cantar, convocó a su tropa política y lanzó duros mensajes contra sus opositores. En medio de la crisis por la salida de Espert, buscó recuperar el pulso proselitista con un acto cargado de espectáculo y tensión.
En el estadio Movistar Arena ante unas 15.000 personas, Javier Milei mezcló música, política y espectáculo para relanzar su campaña. Allí presentó su nuevo libro —La construcción del milagro— acompañado por “La Banda Presidencial”, una formación integrada por funcionarios y diputados que interpretaron clásicos del rock nacional y versiones con letra modificada para la ocasión.
El presidente apareció enfundado en cuero negro, con voz rasposa, y coreó éxitos como Demoliendo Hoteles de Charly García, versiones de Sandro y Gilda, y adaptaciones de temas con contenido enfrentado al kirchnerismo. La puesta incluyó también cánticos de cancha (“el que no salta es kuka”) y una proyección audiovisual que lo mostraba enfrentándose a Cristina Kirchner y medios afines al peronismo.
Durante su discurso, Milei acusó al kirchnerismo de “ganar un round pero no la batalla”, en un llamado explícito a sostener la guerra cultural. También aprovechó para reivindicar su estilo frontal, criticar a medios opositores y reforzar la narrativa de un enfrentamiento simbólico entre “libertad” y “kirchnerismo”.
El acto no estuvo exento de polémica: en los alrededores se registraron manifestaciones contra el Gobierno, y la gobernabilidad política atraviesa un momento delicado tras la renuncia de José Luis Espert como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires. En ese contexto, Milei parece buscar retomar protagonismo, cohesionar su núcleo duro y revertir el desgaste producido por la crisis interna.
Aunque el tono del evento fue de certamen mediático, el mandatario evitó detenerse en explicaciones profundas sobre la renuncia de Espert o en responder críticas estructurales al Gobierno. La apuesta parece clara, gobernar también desde el show y posicionar al que se presenta como outsider irreverente ante una oposición fragmentada.
Quedan apenas semanas para las elecciones y este ambicioso espectáculo marca una bisagra. ¿Servirá para consolidar votos o generará más críticas por la teatralidad política? El kirchnerismo ya empieza a responder: la expresidenta Cristina Kirchner publicó un audio con fuertes críticas a Milei por los cantitos ofensivos que retumbaron en el acto.
En lo que resta de la campaña, cada acto escenográfico suma o resta. Pero está claro que el presidente eligió desafiar con música, puño y letra directa.
