Con cuatro jornadas de paro culminadas este domingo, ATE Santa Cruz mantiene su reclamo por recomposición salarial. El gobierno provincial apuesta al diálogo en un contexto económico desafiante, mientras busca sostener el equilibrio entre los recursos disponibles y las necesidades del sistema público.
La provincia de Santa Cruz vivió días de tensión en el sector de salud pública, tras concretarse una medida de fuerza de cuatro días impulsada por trabajadores estatales nucleados en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). El reclamo, centrado en la necesidad de una mejora salarial y condiciones laborales más justas, fue acompañado de movilizaciones y acciones gremiales en diferentes localidades.
Desde ATE indicaron que la última propuesta presentada por el Ejecutivo —que incluía aumentos escalonados según categoría, entre $40.000 y $100.000— no alcanzó a cubrir las expectativas de recomposición real del poder adquisitivo. “La cláusula gatillo es un avance, pero lo urgente es recuperar lo perdido ante la inflación”, señaló Carlos Garzón, secretario general del gremio.
El gobernador Claudio Vidal, por su parte, ha manifestado públicamente su comprensión respecto a los reclamos, aunque advirtió sobre la necesidad de contemplar el delicado equilibrio fiscal de la provincia. “Tenemos que cuidar la salud pública, pero también asegurar que lo que se acuerde pueda sostenerse en el tiempo sin comprometer otros servicios esenciales”, habría señalado en reuniones de gabinete.
Vidal heredó una administración con fuertes desequilibrios estructurales y ha iniciado un proceso de reordenamiento financiero y priorización del gasto público. En ese marco, busca abrir canales de diálogo que permitan avanzar en acuerdos progresivos, sin poner en riesgo la sustentabilidad de las cuentas provinciales ni la prestación de servicios críticos.
Las paritarias sectoriales y centrales fueron reprogramadas para el 10 de junio. Desde el Ejecutivo provincial se confirmó la voluntad de continuar las negociaciones con todos los sectores, destacando que el objetivo es avanzar en soluciones reales, sin caer en promesas inviables o medidas unilaterales que terminen agravando el escenario económico.
Mientras tanto, los trabajadores del sector salud esperan señales más concretas en la próxima reunión paritaria. Desde ATE sostienen que el conflicto podría escalar si no hay avances, aunque reconocen el esfuerzo institucional por mantener abiertas las mesas de negociación.
La situación, sin duda compleja, revela los desafíos de una gestión que intenta ordenar la provincia tras años de desinversión y deterioro acumulado, apelando a un camino de reconstrucción con diálogo, responsabilidad y voluntad política.